El domingo 6 de octubre comenzó con la conferencia de la filósofa y escritora estadounidense Susan Neiman, quien, a través del análisis del fenómeno woke, trató las diversas problemáticas a las que la sociedad contemporánea se enfrenta, desde el auge de la derecha hasta el genocidio de Palestina. La filósofa judía, autora de Izquierda no es woke, pudo recordar los logros acontecidos por la izquierda desde los 60, como la supresión de la segregación o la victoria de Obama en las elecciones de 2008.
Ante los retrocesos políticos y de derechos humanos que vivimos, Neiman declaraba “si la izquierda no habla, se autosilencia, no es la solución, no va a evitar el auge de la derecha”. Desde el 7 de octubre de 2023, hasta la concesión de inmunidad a Donald Trump por parte de Tribunal Supremo estadounidense, y a vista de las elecciones de Estados Unidos y Alemania, la filósofa mostró su preocupación ante los síntomas del auge de la derecha.
La mañana terminó con un viaje. Un viaje al que nos llevó la danza sufí turca de los Derviches Giróvagos de Rifat Varol. El emblemático patio del INAP acogió esta danza – rito en el que 3 hombres bailan girando sobre si mismos acompañados de la música del ney. Este baile en realidad es parte de la ceremonia sufí del sema, cuyo significado en árabe es “escucha”, que incluye la danza derviche del giro inspirada por el sabio sufí del siglo XIII Mawlânâ Rûmî. De nuevo, los Encuentros abren Pamplona a otras culturas, las acercan y nos hacen entender mejor el mundo.
La tarde del domingo comenzó con el diálogo entre los cineastas Béla Tarr y Apichatpong Weerasethakul, viejos amigos que se juntaron de nuevo en un encuentro único. Durante la conversación, ambos cineastas recordaron sus diversos encuentros, mostrando su complicidad, respeto y aprecio que sienten por sus películas. El cineasta tailandés recordó la primera vez que vio una película de Tarr, un acontecimiento que cambió su forma de ver el mundo. Acompañado por la imagen de un personaje de espaldas frente a una ventana por la que se entrevé la lluvia y un paseo de vuelta a casa bajo esta misma, concibió la necesidad de prestarle el tiempo a la lluvia, comprendiendo la convicción del cineasta húngaro de que los guiones no tiene que ser de más de 5 páginas.
En este marco, los dos cineastas pudieron hablar acerca de su comprensión del cine, sus formas de crear y su inspiración, que la encuentran en nuevas personas o en el hacer nada. Durante su intervención Béla Tarr destacó la honestidad de las obras de su amigo, quien crea sus películas con una especial ternura hacia sus personajes y espacios, demostrando que “una película puede ser más de una historia, puede ser sensorial”.
La jornada finalizó con el encuentro entre Luciano Espinosa y Eduardo Sáenz de Cabezón, quienes realizaron un recorrido por el desarrollo humano, analizando qué se entiende por inteligencia y alentando a huir del cerebrismo. Durante el diálogo ambos pensadores coincidieron en que hay que dejar de pensar que el cerebro es nuestra única herramienta para la percepción del mundo y que es todo el cuerpo el que participa en ello.
Sobre la concepción de la inteligencia artificial como modelo de algo superior al humano, ambos autores desestimaron el parecido al cerebro que se le ha impuesto y la asemejaron a una mano, es decir, un instrumento que podemos utilizar que nos da grandes capacidades de computación, pero que carece de otras capacidades presentes en el humano, como la inteligencia relacional o la inteligencia social. Ante esta idea, los dos ponentes señalaron la importancia de no idealizar la IA, abogando por su regulación.
Para finalizar con la conversación Espinosa lanzó otro mensaje poderoso, denunciando la vida exponencial que intentan alcanzar algunas de las instituciones tecnológicas más importantes del planeta y que está derivando en una aceleración de la vida misma. En contra de esta idea, defendió una vida más tranquila, más sensata, en la que poder reflexionar y poder seguir tomando nuestras propias decisiones con la mayor autonomía.
El diálogo concluyó con una gran ovación, dando fin de forma exitosa a la cuarta jornada de los Encuentros de Pamplona 2024 Iruñeko Topaketak.