El caos, el amor y un bálsamo para tiempos difíciles en el primer día de los Encuentros

04/10/2024
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En la apertura del programa se ha inaugurado en el vestíbulo del Auditorio Baluarte la instalación La Distribución del Caos, 2024 del artista navarro, docente e investigador Patxi Araujo

Encuentros de Pamplona 2024

Mucha expectación, ilusión y emoción se respiraba en la tarde de jueves en Baluarte. La plaza, decorada desde la mañana con una impresionante alfombra de discos de madera ideada por las y los alumnos de la Escuela de Arquitectura de la Universidad de Navarra, recibía al público que se acercaba a participar de los Encuentros en su primera jornada. 


El Hall de Baluarte estaba tomado por una gran estructura sobre un andamiaje cubierto de una gran lona negra. Se trata de la instalación La Distribución del Caos, 2024 del artista navarro, docente e investigador Patxi Araujo. A las 18h, numerosas personas aguardaban a Araujo, quien presentaba su obra e invitaba a indagar en ella. 

 

“La distribución del caos es un homenaje a otras distribuciones del caos que han existido previamente, algunas de ellas olvidadas, algunas de ellas soñadas, otras temidas e ignoradas” explicaba. Como nos recordó Araujo, 2024 coincide con el primer centenario de la publicación del Manifiesto Surrealista de André Breton, una obra que reivindicaba el azar, el caos, lo ingobernable. Estableciendo un paralelismo con las ideas de Bretón, Araujo explicó que su obra, su más ambiciosa creación hasta la fecha, es “un no-lugar, que da cabida a lo ingobernable, hecho de manera creativa”. Así propone al espectador una vista única y diferente cada vez que se acerque a ella, ya que todo lo que sucede en la gran caja negra, es aleatorio, único e irrepetible. 

Pocos minutos después, en la Sala de Cámara daba comienzo el diálogo inaugural de los Encuentros de Pamplona 2024 Iruñeko Topaketak. La sala, abarrotada, reunió al escritor francés Pascal Quignard y a Ramón Andrés, director y comisario de la bienal.  Entre ellos se creó una gran complicidad en una sesión en la que hablaron de temas relacionados con la escritura, la música y con el poder de las palabras, pero también de la importancia de ir más allá de la civilización y conectar con lo que nos es originario.

 

Entre las menciones que realizó Ramón Andrés, hubo una dedicada especialmente a estos tiempos tecnológicos y de inteligencia artificial. Andrés propuso al público una época imaginaria en la que la inteligencia artificial había avanzado tanto que se había convertido en casi humana, hasta el punto de tener que recurrir a los humanos para poder lidiar con algo en lo que todos somos expertos: la angustia. A lo largo del diálogo hubo más referencias a la muerte, pero desde una perspectiva muy vitalista, ya que ambos autores, Quignard y Andrés, se refirieron a aquellas cosas que les hacen sentirse vivos, a esa conexión con la naturaleza a esos pequeños retiros personales, así como a esa relación con las letras desde la primera infancia.

 

El origen de este diálogo fue El Poema de Gilgamesh en el que en que el amigo de Gilgamesh, que representa lo natural y lo brutal, llegaba a la civilización a través del amor pero también a través de la palabra de la escritura.

 

La dinamización corrió a cargo de la periodista Berta Ares que fue introduciendo distintas citas de los libros de Pascal Quignard.  El diálogo concluyó con una preciosa intervención de Viola di Gamba interpretada por Andrés Bonal.

 

Poco después del diálogo inaugural la fachada del Museo de Navarra se iluminaba con la proyección de Llévale trigo al panadero…/Eraman garia okinari…, una pieza de Eva Lootz que se podrá ver todos los días de 20:30 a 22:30 desde la terraza del Archivo de Navarra. La obra fue creada por la artista con ocasión de su exposición Si aún quieres ver algo date prisa, todo está desapareciendo y que recupera para la bienal navarra como “unas gotas de bálsamo ante los tiempos difíciles a los que nos enfrentamos”.